UNA RADIOGRAFIA DE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA Y COMO SE ESTABLECEN LOS PRECIOS DE LA MEDICINA
Según datos al 2008 de IMS Latin America (entidad que provee de información estadística sobre la industria) el Perú se ubica en el puesto nueve de un ránking que compara a más de 16 países de Latinoamérica, al tener un precio promedio de US$7,13 por medicamento. Así, las medicinas peruanas están más caras que las de sus vecinos de Chile, Ecuador y Colombia, y que las de Uruguay, Argentina, Nicaragua y Panamá.
PERO QUE HACE AL MERCADO PERUANO MAS CARO
Las respuestas son diversas y complejas. Y es que estas no solamente obedecen a un serio problema de información (que impide que el consumidor haga funcionar el mecanismo de la competencia al comparar y elegir el medicamento que más le conviene) sino también a una larga “lista de imperfecciones” que la mayoría de consultados para este informe coincide en señalar se presentan en cada uno de los eslabones de la cadena.
El problema se inicia cuando un paciente acude al médico para tratarse de alguna enfermedad. “En vez de recetarle, como lo indica la ley, un medicamento de denominación común internacional o genérico, el doctor termina recetándole, en la mayoría de los casos, el innovador (o de marca), por la cercanía que tiene con un determinado laboratorio farmacéutico”.
Pero además de los “incentivos” que ofrecen ciertos laboratorios, otro factor que fomenta esa direccionalidad es la relación estrecha que existe entre el laboratorio y la cadena, o entre la cadena y el distribuidor, generalmente por pertenecer a un mismo accionista o grupo económico. Esto puede llevar al vendedor a priorizar el medicamento que sus propietarios fabrican o distribuyen.
El ejecutivo asegura que la falta de información que existe en el mercado hace que el consumidor desconozca que un medicamento innovador y el genérico comparten la misma sustancia activa y que, por lo tanto, su efecto en el organismo es el mismo.
SOLUCIONES
Para Luis Caballero, presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas de Origen y Capital Nacionales (Adifan),“Si existiera una decisión política para impulsar el consumo de genéricos, el consumidor podría saber que tiene la posibilidad de elegir entre un medicamento de marca, como Tamiflu, que cuesta US$60 en una clínica, y un genérico, que combate con la misma efectividad la gripe AH1NI, pero que vale US$4”.
“La mejor manera de promover la competencia es informando. Es por eso que, en breve, lanzaran un software que será alimentado por productores y boticas, y que permitirá al usuario hacer una comparación a través de Internet. Así, por ejemplo, si vives en Jesús María, podrás ingresar el nombre del medicamento que deseas comprar y saldrá una lista con las mejores opciones (incluyendo la de los genéricos) y las boticas que te ofrecen una alternativa más económica”, asegura.
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